domingo, 30 de mayo de 2010

Cosas del lenguaje

En una escapada a Málaga no hace mucho me llevé dos gratas sorpresas: John Malkovich en el teatro y una exposición sobre el habla y el lenguaje muy curiosa. Como el olor de la mofeta no era transportable via Internet, os dejo esta otra muestra, un fragmento de Libro del Buen Amor en versión SMS. No sé si el arcipestre se revolverá en su tumba, pero a mí me ha hecho gracia.

viernes, 21 de mayo de 2010

El plantígrado inclasificable


Vivo con los cubos de basura en la puerta de casa. No tiene mucho glamour, lo sé, pero también es cierto que tiene su interés encontrarse un paisaje nuevo cada mañana. El otro día casi me abrazo a este osezno, igual, igual que uno que me regalaron con 3 años al salir de una operación de apendicitis. Supongo que quien lo abandonó no supo decidir si era biodegradable o envase reciclable, y prefirió dejarlo pensando.

viernes, 14 de mayo de 2010

¿Algo chiquitito?

Esta tarde no hemos dado clase. Ha venido un apuesto escocés, gaita en ristre, a enseñarnos unos bailes típicos (ceilidh). No ha confesado qué llevaba debajo de la falda (kilt), pero nos ha hecho sudar y dar más vueltas que un trompo. Los alumnos se lo han pasado pipa, así que ahora que nos van a bajar el sueldo, habrá que buscar más víctimas que hagan el trabajo por nosotros. God save Braveheart!

miércoles, 5 de mayo de 2010

Tic, tac, tic, tac...

Ayer resucitó este documento gráfico de mis días de colegio (bonito decorado de fondo). El escalofrío al ver la evidencia del paso del tiempo, me paralizó un momento. No sé muy bien si se nota más en mis rasgos, en mi expresión o en los mensajes del margen.

domingo, 2 de mayo de 2010

Duracell en el Duratón


Os dejo un documento gráfico de mi fin de semana de piragua, curva arriba, curva abajo, por las hoces del Duratón. Más de un buitre leonado (o "Leonardo", como lo llamó alguien) se relamió al vernos pelear con las palas y la corriente, pero pudo más nuestro pundonor (que, por cierto, da agujetas). Aún a riesgo de parecer cursi, recomiendo aquel remanso de paz con banda sonora de pajarillos. ¡Precioso!