Oh, Oh, Gran Vía I

Ayer me subí a una terraza de la Gran Vía. Iba a ver un espectáculo (de dudosa calidad) pero en realidad buscaba un nuevo punto de vista de esta calle que me resulta tan familiar. Lo encontré y mereció la pena. Sin embargo, después de tanta celebración castiza de su cumpleaños en estos meses, las vistas no me parecían tan personales, por eso las he retocado un poco (repasando PS) y ahora me gustan más. Gran Vía 66, Hotel Vincci.

Oh, oh, Gran Vía II

Una perspectiva nueva para mí del skyline de Madrid.

God save the Queen... & me!

¿Qué le sobra?, ¿qué le falta? Algo así preguntaban en un concurso de la tele hace unos años al mostrarnos fotos de Madrid con montajes de todo tipo: dos Torres Picasso, la Puerta de Alcalá con un solo arco o la Señora Cibeles mirando en la dirección opuesta. Pero no, aquí no hay manipulación fotográfica, desgraciadamente lo que veis es lo que hay. El mismísimo Puente de la Torre de Londres (Tower Bridge) rodeado de palmeras, toldos azules y barquitas de remos. Y esto es solo una pequeña muestra de la sobredosis de horteradas que me he llevado hoy. ¿Para esto se endeudan los ayuntamientos?

La auténtica quinta del buitre

Detesto el fútbol más que madrugar. Este verano me persiguió hasta la saciedad por tierras de Braveheart, y tuve que caer rendida a sus pies. Enarbolé mi bandera y me desgañité con cánticos de masas por la Royal Mile como si no hubiera mañana. Por un momento me pareció hasta divertido (los hospitalarios escoceses tocaban La Bamba para hacernos sentir en casa...) Y cuando creí que ya había tenido ración suficiente para 30 años, me encuentro esta escena en plena sabana africana. ¡Que alguien me libre de este mal!